José Luis Artetxe quería ser ingeniero, pero fue futbolista. "porque me empujaron". Tal vez fue la única vez en la que los demás influyeron en sus decisiones, porque siempre fue un espíritu libre, muy fiel a sus ideas, ya desde niño, cuando jugaba con sus amigos en la plaza del Casino de Algorta.
A veces tenía que disimular, claro, como cuando el diario Marca le entrevistó al ser reclutado por la selección española de promesas. Acudió a la cita con el periodista, en las puertas de San Mamés, vestido de marinero. Cumplía el servicio militar. "¿Qué tal?", le preguntaba el reportero: "Si lo dice por el servicio, estupendamente. Encantado", respondía el futbolista, ocultando sus verdaderos sentimientos, que posiblemente le hubieran llevado a un consejo de guerra... (leer más)
José Luis Artetxe quería ser ingeniero, pero fue futbolista. "porque me empujaron". Tal vez fue la única vez en la que los demás influyeron en sus decisiones, porque siempre fue un espíritu libre, muy fiel a sus ideas, ya desde niño, cuando jugaba con sus amigos en la plaza del Casino de Algorta.
A veces tenía que disimular, claro, como cuando el diario Marca le entrevistó al ser reclutado por la selección española de promesas. Acudió a la cita con el periodista, en las puertas de San Mamés, vestido de marinero. Cumplía el servicio militar. "¿Qué tal?", le preguntaba el reportero: "Si lo dice por el servicio, estupendamente. Encantado", respondía el futbolista, ocultando sus verdaderos sentimientos, que posiblemente le hubieran llevado a un consejo de guerra... (leer más)
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