Un
día de 1913, el mismo año que se inauguró San Mamés, un chaval de
pantalón corto cogió el tren en Gallarta para viajar hasta Bilbao. Había
recibido el consejo de un amigo, Marcos Zárraga, porque allí, en su
pueblo, ya no tenía ningún rival jugando a pala. Llegó a Bilbao y se
presentó en el frontón Euskalduna, en la calle Hurtado de Amezaga. Pidió
que le hicieran una prueba, y de allí salió uno de los mejores palistas
de la historia. Se llamaba Arsenio Merodio, y pasó a los anales como
Chiquito de Gallarta.... (leer más)
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