En el plano estrictamente deportivo, estos seis meses han bastado para
comprobar la profunda evolución del juego del Athletic. Posesión,
presencia en campo contrario y protagonismo, fueron las premisas que
preconizó el técnico cuando llegó a Bilbao con algunos días de retraso,
por cierto, sobre el calendario de pretemporada previsto. Sus ayudantes
ya habían dirigido algunas sesiones de trabajo antes de que aquella
imagen de la vidoconferencia se materializara en Lezama.
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