
La masiva escenificación de apego a los colores rojiblancos que ha vivido el Athletic durante los primeros meses de 2012 no fueron otra cosa que la adhesión popular a un proyecto deportivo único en la élite del fútbol mundial y, sobre todo, la plasmación tangible de la necesidad que tiene la sociedad vasca de conquistar alegrías colectivas.
Comentarios
Publicar un comentario